En el 2006 cuando trabajaba en Diario Hoy fue la primera vez que conocí a Manuel Calisto, era difícil de localizar, me dieron su teléfono para entrevistarle porque había ganado en Francia, en el Festival de Biarritz como Mejor Actor por la película Cuando me toque a mí, de Víctor Arregui. Sus amigos me habían advertido que Calisto era noctámbulo y que no era buena idea llamarlo muy temprano en la mañana, porque me iba a atender de mal humor. No pude evitar llamarle temprano y él reaccionó sorprendido por mi interés en entrevistarle. Parecía que aún no había caído en la cuenta de que el premio que había recibido era algo muy importante y él había actuado en la película un año antes y aún no la había visto terminada, por lo que este momento de fama le resultaba extraño.
Desde entonces, mientras fui periodista de cultura fui siguiendo su carrera atentamente y lo entrevisté en varias ocasiones, cuando se estrenó finalmente Cuando me toque a mí y cuando debutó en el Teatro del CCI con la obra El método hasta que nos hicimos amigos.
Aunque no lo había visto hace más de un año, su presencia intermitente siempre ha sido de enorme importancia y sumamente emotiva, porque Manuel era así, un hombre de un carisma increíble, de una gran generosidad y sumamente entretenido.
Cada vez que lo he visto en los últimos 5 años me he topado con la novedad de que tenía en marcha decenas de proyectos, siempre repleto de ideas, siempre creativo, siempre con la chispa de la actuación encendida.
Me vienen a la mente una cantidad de cortos, de obras en las que lo recuerdo con gran emoción…
Su monólogo en Cuando me toque a mí, que fue la primera vez que lo vi actuar y fue un momento sobrecogedor. En el corto 6:03, de Pedro Cagigal, en el corto Pasajeros, de David Guzmán; en las obras de teatro en el CCI, El método, Monogamia y Las brujas de Salem, en el corto de Carlos Andrés Vera,un corto del baúl de los recuerdos, Croñañones, desempolvado por el festival Cero Latitud el año pasado. Además de las fotos de las que tanto se enorgullecía, una sesión bella y extraña que le hizo la fotógrafa Lorena Cordero. Su rostro misterioso y sensual en Soho y así una serie de publicaciones en las que salía y le llenaban de orgullo.
Enterarme esta mañana que Manuel Calisto está muerto, parece una noticia salida de alguna película de terror, de una película como Cuando me toque a mí, en la que una ciudad entera sumergida en la violencia puede confluir siempre en el mismo lugar: la morgue.
Esta idea macabra me retuerce el corazón, ver al actor, al chico consentido del cine ecuatoriano, al amigo, en su bata de médico legista irrespetando la muerte, declamando con firmeza su desprecio por esta ciudad en escenas memorables y ahora imaginarlo a él, frío y desnudo en un hospital después de que unos maleantes le metieron un tiro por asaltarle…es una idea que sencillamente no puedo asimilar.
Con todo el dolor del corazón, con esta pena imposible de no haberte visto en tanto tiempo y no haberte podido abrazar una última vez, de saber que no vamos a volver a tener tu sonrisa, tu sarcasmo, la particularidad de tu rostro y tu mente entre nosotros provoca un sufrimiento que no puedo expresar.
Puedo pensar en un centenar de amigos tuyos muy muy cercanos que deben sentir un vacío tan enorme en el corazón, sin mencionar a tu familia que no deben imaginar una vida sin ti.
Para todos los amigos íntimos del Manuco, para Alex, Isa Mena, Isa Papu, para Viki, para Randi, Mauricio, Isabel, Cristina…y cuantos más que tenían una relación tan estrecha con él, para su familia y para nosotros, los otros, los amigos más ocasionales del Manuco que lo hemos admirado y querido siempre… expreso mi dolor, mis condolencias, mi rabia por no poder hacer nada, por vivir en una ciudad atemorizante que se lleva lo mejor de nosotros día a día, sin que nadie haga nada.
Este es un día negro para la ciudad, para el país, para el cine ecuatoriano.
Te vamos a extrañar tanto Manuco.
Debemos unirnos y exigir justicia por tu muerte y exigir seguridad y protección para los habitantes de esta ciudad, para nosotros.
Paulina Simon
1 comentario:
Mierda!!! qué impotencia. Que lindo artículo Pau. Que pérdida para el cine y el teatro.
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